lunes, 4 de febrero de 2019

Soliloquio #6

El Chapo Guzmán fue acusado de drogar y violar a menores de edad, niñas de tan sólo 12 o 13 años, porque supuestamente creía que obtenía de ellas algún tipo de energía. Alex Cifuentes compartió esta información con las autoridades estadounidenses como parte del juicio que se lleva a cabo desde hace algunos meses en contra del narcotraficante mexicano.

Cifuentes, quien fue mano derecha del Chapo e incluso vivió con él en Sinaloa durante una temporada, aseguró que él mismo le ayudó a drogar menores para sostener relaciones sexuales con ellas. Según sus declaraciones, el Chapo elegía a las niñas de un catálogo que habitualmente le enviaba la Comadre María, otra de sus cómplices. Una vez que escogía a sus víctimas pagaba alrededor de 5 mil dólares para obtener acceso a ellas, a las más pequeñas las llamaba sus "vitaminas".

Aunque esta información era del conocimiento de las autoridades no fue presentada ante el jurado durante el proceso contra el Chapo porque se consideró demasiado tendenciosa; sin embargo, el juez a cargo del caso ordenó hacerla pública a escasos días de que se dicte sentencia. La defensa negó rotundamente la veracidad de estas declaraciones y señaló que eran carentes de pruebas, lamentando especialmente el momento tan decisivo en el que salieron a la luz.

Personalmente, no me sorprendería si las alegaciones de Cifuentes fueran verdaderas. El Chapo no parece un individuo de moral irreprochable, sino todo lo contrario, ¿falta recalcar que dirigía un cártel de droga? Por eso me intrigó bastante la respuesta que han tenido algunos usuarios en redes sociales frente a esta noticia.

Sólo me bastó un minuto en la sección de comentarios de un enlace a la nota para encontrar más de diez personas a favor del Chapo. Gente que no sólo creía en su inocencia, sino que afirmaba que esto era una artimaña del PRI, Enrique Peña Nieto o incluso de Trump para manchar el nombre del narcotraficante. Las teorías conspirativas que leí explicaban que como se había revelado que Peña Nieto recibió sobornos del narco, ésta era una especie de venganza para hundir al Chapo.






Simplemente el comentario más estúpido de todos...

Sabía que en el país, sobre todo en provincia, existía una especie de admiración hacia la vida de los narcotraficantes; incluso, algunas series televisivas lanzadas en años recientes parecían afianzar esta idea entre la población. Sin embargo, creo que aún me cuesta concebir hasta qué grado la fascinación por este tipo de personas puede desafiar el sentido común.

El hecho de que en varios comentarios se haga referencia al origen humilde del Chapo y todo lo que sufrió de niño, o cuánto "ayudó" a la población menos afortunada me revuelve el estómago. Esta romantización de la pobreza de la gente de abajo me parece estúpida, por decir lo menos. Dentro de la lógica de estas personas, el Chapo es INCAPAZ de abusar sexualmente de menores de edad porque no nació en cuna de oro, porque tuvo una vida difícil y luchó para salir de ella. Guzmán es inocente porque no es como la gente de dinero, aquella que es malvada y corrupta por naturaleza. Y si es culpable, se le perdona.

La dicotomía entre ricos y pobres o malos y buenos es especialmente peligrosa en un país donde el crimen va en alza y la justicia parece no tener lugar. Se nos olvida que el discurso maniqueísta pocas veces es efectivo para explicar la complejidad del mundo en el que vivimos. En este caso, impide ver lo absurdo que es apoyar a un hombre envuelto en actividades ilícitas sólo porque sus antagonistas pertenecen al gobierno.

Para muchos, el capo no es más que un hombre trabajador víctima de las circunstancias. No ven al acusado que espera cadena perpetua por sus crímenes.  A pesar de esto, es más creíble que Peña Nieto le esté levantando falsos a pensar siquiera que Guzmán es un pedófilo. ¿Por qué?, porque el Chapo es gente humilde y por ende noble.

Abogan por la reputación de Joaquín Guzmán como si su "oficio" no fuera razón suficiente para desprestigiarlo. Y no es que defienda a Enrique Peña Nieto- que no faltará quien concluya eso de este texto- creo que nadie duda de lo corrupto que fue su gobierno; pero debemos analizar por qué es tan difícil admitir que de los nuestros también salen arrocitos negros.

Hace falta romper la ilusión del llamado "pueblo bueno", aquel que nos exhortan a perdonar porque peca sólo por necesidad, y olvidarnos de halos de pureza o santidad.

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